Vivir el Tren - Historias de trenes

Hasta primavera habrá que esperar para decidir sobre el futuro de la línea de Alta Velocidad Madrid-Lisboa, un proyecto cuyas obras se han iniciado, y que el Ejecutivo luso se muestra partidario de abandonar, a pesar de sus compromisos con España y de ser un eje prioritario para Europa.

En la cumbre ibérica que se celebrará en unos meses se tendrá que abordar el futuro de la Alta Velocidad, y las conclusiones serán muy diferentes a las derivadas de la última reunión de primer nivel celebrada entre ambos países, en enero de 2009, en Zamora. En aquel encuentro, el principal compromiso que adquirieron fue la llegada del AVE en 2013. La situación económica ha echado por tierra esa previsión, y ahora lo que está en juego es la continuidad de la línea en la parte transfronteriza, una cuestión que Rajoy y Passos Coelho tendrán que aclarar.

El anuncio de la próxima cumbre no ha servido para mitigar las dudas en torno al proyecto. El presidente de Extremadura solicitaba a Fomento que arregle de una vez por todas el tren convencional. Aclaró que no renuncia a la línea de Alta Velocidad, pero reconoce que el escenario económico no invita a pensar que las obras se vayan a acelerar ahora.

La Comisión Europea ha urgido al Gobierno de Portugal a que aclare lo antes posible el futuro de las líneas de Alta Velocidad que iban a cruzar su territorio y que garantizaban las conexiones con España. El plazo máximo es el verano, ya que en esa fecha se revisarán los fondos de los proyectos financiados por la Red Transeuropea de Transporte y se reprogramarán los que no hayan sido ejecutados, con lo que Portugal podría perder todas las ayudas europeas si no adquiere el compromiso de cumplir con la inversión antes de 2014.