Vivir el Tren - Historias de trenes

«Ustedes son ricos, nosotros esto no nos lo podemos permitir». Este fue el comentario que hizo hace unos meses el secretario de Estado de Transporte de Estados Unidos (EE UU), Ray Lahood, tras conocer de primera mano, y junto al ministro de Fomento, José Blanco, la red nacional de AVE y sus perspectivas de futuro.

España lleva gastados más de 45.000 millones de € en la construcción del que será el segundo mayor entramado de ferrocarril de Alta Velocidad del mundo, tras el chino. Se trata de una inversión estratosférica que asombra al Gobierno de Obama pero que es puesta en tela de juicio por especialistas en Economía Aplicada. Decisiones como la supresión, por parte de RENFE, del servicio Toledo-Cuenca-Albacete, que no llegaba a 10 viajeros al día, coloca aún más en la picota al «AVE para todos».

El caso castellano-manchego es paradigmático. Tras una inversión superior a los 3.700 millones de € para llevar el AVE a Albacete, el enlace directo con Toledo movió únicamente a 2.796 pasajeros en sus 6 meses primeros meses de actividad. Pese a esa mínima ocupación, la línea originó un gasto de 3,2 millones de €, lo que supone 1.158 € por cada usuario del servicio.

Pero hay más sitios en los que el AVE puede verse amenazado por falta de clientela. 6 estaciones españolas que tiene Alta Velocidad no pasan de los 250.000 usuarios cada año, sumando también los servicios de MD y de Cercanías. Son Calatayud, Huesca, Antequera, Puente Genil, Guadalajara y Tardienta. Esta última localidad es un pueblo de unos 2.000 habitantes, situado a 25 km de Huesca, en el que se detienen 2 AVE al día, cuya ocupación media es del 6%. Otro ejemplo: en la parada de Guadalajara usaron los AVE con Madrid una media de 15 pasajeros al día en 2009.

España ha invertido 45.000 millones en el AVE y tiene comprometidos muchos miles más para que todas las capitales de provincia estén unidas con Madrid a través de la Alta Velocidad ferroviaria. Sin embargo, la experiencia viene a demostrar que este enorme esfuerzo inversor, aunque atemperado por la crisis, no se corresponde con las cifras de viajeros. Las líneas de AVE del país fueron utilizadas el pasado año por 16 millones de personas. Los expertos sostienen que se trata de un nivel de ocupación demasiado bajo, sobre todo si se tiene en cuenta que la Alta Velocidad de Alemania y Francia tiene más viajeros que la de España pese a contar con muchos menos km.

Un kilómetro de Alta Velocidad sale por 17,5 millones, el equivalente al coste de 3 o 4 escuelas para 400 niños. 5 km ya darían para hacer un hospital en una población de cien mil habitantes. El debate sobre el «AVE de los ricos», en plena crisis, está más abierto que nunca.