Vivir el Tren - Historias de trenes

Había una vez 6 trenes AVE directos al día que iban de Toledo a Albacete y viceversa, pasando por Madrid, para que 9 viajeros no se levantaran de su asiento. Como en los cuentos de nuestra infancia así podía empezar esta historia tan traída y llevada estos días. Hoy, ya no van y vienen. Los han suprimido, después de algo más de 6 meses de circulación por la ruina que ocasionaron a todos los contribuyentes de este país. Estos trenes, no se crean que eran unos mindundis cualesquiera de esos regionales de velocidad medio alta que llaman AVANT, no, no AVE´s de pata negra. De los caros, de los que cuestan 22,47 millones de euros cada tren.

El coste medio de mover una plaza ofertada durante 1 km de la  S-112 con que se prestaba el servicio es de 6,75 céntimos de €. Vamos a echar esta sencilla cuenta: 327,8 km entre Madrid y Albacete, más 75 km Madrid-Toledo, suman 402,8 km. Como existen 3 circulaciones diarias por sentido, son 6 circulaciones al día, que multiplicadas por los 402,8 km, nos dan 2.416,8 km recorridos de origen a destino cada día de operación. Como cada tren de la S-112 tiene 365 plazas, el total de plazas*km ofertadas es de 882.132 al día. Estas plazas*km multiplicadas por el coste unitario de 6,75 cts, nos dará 5.954.391cts de €, que son un coste de 59.543,9 €-día. En los 6 meses, la friolera de más de 10 millones y medio de euros. Esta cuenta, echada con costes medios debería ser echada, más en puridad, con los costes marginales, cosa que en la Operadora desconocen y que en poco reducirían la factura de este despilfarro.

Responsables de RENFE Operadora, entre ellos el director de Viajeros Enrique Urkijo, vino a reconocer que estos 6 trenes se pusieron por las presiones, activas, pasivas o perifrásticas de los políticos: Ministerio de Fomento, Junta de CLM, alcaldes, etc, a cuya inauguración acudieron todos en medio de grandes alharacas. Pero, además, RENFE mintió en el dato de las pérdidas diarias. No eran 18.000 € al día sino más del triple. Cualquier profesional mínimamente avispado hubiese olfateado a distancia el fracaso de esta operación. La Operadora, que cuenta con excelentes profesionales en todos los campos, incluido el comercial y de marketing, debió pedir a un tercero independiente el correspondiente dictamen comercial acerca de la viabilidad económica y social de estos trenes. Pero, no lo hizo, y se plegó, como en el100% de los casos -hay cientos y cientos de casos similares- a las arbitrariedades de la casta política. Lo inexplicable es, que una vez hecha, no fuese enmendalla. Durante 6 meses se han estado dilapidando, para beneficio de los ciudadanos que se cuentan con los dedos de una mano, más de 10 millones y medio de euros, sin que el presidente de la compañía se plantase ante quienes ordenaron -eso sí, nunca por escrito- que se pusiesen esos trenes en circulación y no hubiese solicitado su supresión, una vez constatado su fracaso. Sólo, casualidad, cuando ya no había gobierno socialista en la región, RENFE destapó la olla.